EL Rincón del Chache

Espeso, espeso el partido del sábado en el Juncal por parte del Distrito III. Y no puede ser por casualidad, todo ocurre por algo. Y es que, al partido ya se entró sin la concentración adecuada y debida para esta categoría y eso lo aprovecha cualquier equipo, como casi lo hizo Navalafuente, que ocupa los puestos bajos de la clasificación. Futbolísticamente, sin hacer un gran futbol-sala, se crearon infinidad de ocasiones, pero se evidencia una clara falta de definición, pero eso no es preocupante, se crean muchísimas ocasiones de gol y eso es entrenable.

Fuera de lo futbolístico, el caso es que las victorias aportan credibilidad a cualquier proyecto, pero hay ciertas actitudes y ciertos roles en el equipo que no benefician del todo y que pueden aflorar en una hipotética mala racha de resultados. En cualquier deporte o competición, una victoria desvía la atención de cualquier contratiempo. En general, un problema acompañado de una victoria es menos problema, pero debe servir de aviso de que algo puede terminar no funcionando, prevenir antes que curar.

Y digo ésto porque creo que hay ciertos papeles en el grupo que deberían definirse claramente, saber qué papel desempeña cada uno en el equipo, asumirlo y ser responsable y consecuente con él. En mi opinión debería reunirse todo el mundo, hablarlo, opinar y dejarlo definido, y así remar todos en el mismo sentido, y no dejarlo pasar porque los resultados van siendo favorables.

Con todo ésto no pretendo crear polémica, ni destapar trapos sucios. Pretendo hacer una crítica constructiva de esta situación, y es algo que está en el ambiente, algo que no es un problema pero que puede llegar a serlo, un aviso de lo que se intuye desde fuera, algo que si no se maneja bien puede aflorar en contra. Se tienen todos los ingredientes para ponerse metas en este proyecto, y si se rema en el mismo sentido es un grupo inmejorable. Desde aquí os doy todos los ánimos y todo el apoyo para que así sea, porque además os lo merecéis.